Lo que me dijeron que no dijera.

Somos fragmentos de argumentos falsos, recuerdos de luces perdidas en una voz familiar que se mece por tu garganta de tanto en tanto. El anhelo de una niñez bien vivida, un llanto reprimido, pues los hombres no lloran y la vida es dura. Somos el viaje a un mejor mañana que en ocasiones llega. La cercanía a una promesa cumplida, la canción perdida que por fin recordaste, el show quebrado del inagotable espectáculo de la vida. La copia de la copia de la copia, asustada y petrificada frente al espejo.

Paseamos día a día por la idea de que todo estará bien, que la vida seguirá andando y le contaremos cuentos viejos a nietos que quizás ni se interesen. El latir moribundo de un sueño que sigue vivo. Nostálgicos amaneceres en ciudades que solíamos conocer, entre azoteas y callejones lúdicos. La conversación abandonada de una oportunidad de amor negada. Somos todo eso y mas, somos la falla andante de un ecosistema que no nos hemos detenido a analizar, la causa de miles de suspiros perdidos. El momento inminente de la caída magra de mi seguridad ante el vacío sin fin de un rodeo de luces en mi rostro, frente a un mar de ojos inquisitivos, juzgando cada vejo de piel que dispuse vestir en el momento. El corazón ante un micrófono intentando organizar las ideas y soltar el nudo que le corta las palabras. Somos el jalon del día a día, el lunes a viernes, un finde sin promesas y con potencia, la idea agitada frente al spotlight. Un recurso mal administrado en alguna nacion latina, la fatídica agonia de verte y no poder arrancarte a vos sonrisas con un beso. 

Somos el monolitico recuerdo de lo diminuto. Y aun asi te pienso. 

Comentarios

Entradas populares