Dulces amaneceres, sweet emotion.


Disfruto cada gota de soledad que rueda por mi aire, inundando mi aura y afinando los sonidos, puliendo mi respiración, justo en la esquina, donde todos y nadie están, donde puedo. Debajo de la regadera encendida, bajo las imágenes de la música, bajo mi pensamiento y mi calma, bajo, abajo de todo y sobretodo, en la cima de mi, en la juventud del viento, entre canciones, entre gotas y gotas anestésicas, ahí mojado como debajo de la lluvia pero tan desnudo, con el agua por mis palmas, por mi pelo, por mis labios, mi ombligo, corriendo por mi cuerpo y cerrando mis ojos.

 Está gélida la noche en mi desierto, pero no me siento solo, rodeado de agua y sin nada que tomar, en el piso y con los pies en el aire, aun puedo percibir aquellos sonidos, viejas palabras que nadie escucho, palabras sin dueño, tu llanto se siente desde acá abajo, el frío de tu dolor congela mis venas de miedo, aun así pretendo rezarle a dios pero nadie me escucha, la carga es muy pesada y soy yo quien la lleva, nadie nos puede oír, no, no pueden ver, no nos pueden escuchar, nadie sabe, nadie puede excepto yo, exceptuandome a mi! Aun escucho que dices, vamos a casa,  en medio de una noche azul oscuro invadida por colores naranjas, andando por una ruta retorcida que zigzaguea por la ciudad muerta y pobremente iluminada, con vidas bebidas en paradas de auto bus, sin cigarros y con mujeres con curvas de colores y superposiciones de capas traslúcidas que conformas su cuerpo pero nada que buscar en sus cerebros. Dos lunáticos mutilando cauchos de izquierda a derecha entre lineas blancas incontinuas sobre el asfaltos, rayas falsas para adornar el bosque de mentiras.

Mas oraciones lanzadas al vacío de la noche y las estrellas se esconden de nuestras miradas pobres, somos muy grandes para ellas o con eso pretendemos engañarnos y serenarnos. Todos caminan sin rumbo sobre el gran cielo de los perdidos, entre paredes de sueños muertos, pero no todo esta perdido, entre todo el canibalismo sueños cálidos se germinan y esperan rayos de sol, libros y empujones para crecer tanto que hasta engañen a los no creyentes, a los creyentes de puñales, sin decirle a nadie se ira y se escabullirá hasta darles los que ellos creen que quieren para que luego tengan lo que el mundo y no ellos se merece. No hay dinero ni playas de este lado del remolque, aquí los arboles están sin hojas y secos, yo estoy sobre mis rodillas, abajo, pretendiendo olvidar el frio, y besando otro cuerpo, otra botella, otro olvido. Estoy en medio del pasado, encerrado en tres realidades temporales, entre el ayer que no vivi, el ayer que tuve y cante, y el reciente hoy que ya es un gastado presente de ayer, mientras miro sin saber mañana, solo pienso en lo que soy capaz, pero no regreso hasta acá con la respuesta de lo que pasara, el amanecer no llega pero la noche no es eterna y ciertamente estoy disfrutando de ella. Peca conmigo, en años de pecado, enfrente del cura, peca, pierdete en el pecado de la noche y enciende tus sueños, todo se nos fue, y entre paginas marcadas con lagrimas, todo volverá para despertar en un día con el sol ardiente y entre sabana blancas, limpios y llenos de cálidas miradas, peca sin miedo de vivir, vivir soñando o vivir el sueño. Mujer de los pecados, llevame contigo, llename de años pecaminosos y haz lo que tengas que hacer, solo por hoy y quizás mañana ya no estemos listos para bailar, una ultima lagrima de cierre y lanzamos al abismo que nos sacara de aquí.

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