Mentia
Ligado a argumentos altivos, lanzo brazadas de auxilio a mi lánguido conocimiento, divido la altura y me valgo de la razón guiada por una confiada comprensión, alisto mis fallos ojos y me dispongo a palpar las palabras que animan la noche y en un color a sorpresa destroza mi vejo despectivo con la humanidad.
Delicioso, manchado y delicioso aquel sórdido profesor mal guiado, limites mal trazado, minutas epistemologías que dibujan sonrisas en mi haber, mujeres ofendidas en búsqueda del refugio en la no libertad, indiferencia de géneros, sexos desaforados y rellenados con felpa. Mastica el aura, mitiga y ríe, satiriza el ambiente e impónte vencedor.
Delicioso, robustos labios guían con su majestuosas palabras mi vista por su majestuosa carne, libido fundido en el uso de la inteligencia, en la defensa de tesis sin papel, careciendo de tiempo y ambientes cerrados bailamos sin música al compás de ideas feroces que escarba en la caza de cautivar al un pobre diablo con una tierna sonrisa de sobrio orgullo.
Delicioso, criando ideas, dandole forma a apreciación del universo y de si mismo envuelto en el, peliando en un tu y yo, que toma que te pego, en un baile de palabras sobre una pista ágora que exige ser usada. En conversaciones inesperadas formuladas gracias a mi petulancia, en bancos, en colas, en calor y frío, en un cigarro compartido, del conglomerado malpintado al individuo ofendido calentando la garganta con una pose de ofendido y preparado para abofetear rigurosamente a quien lo merezca sin un movimiento de muñeca, para destrozar el mundo si lo así se amerita.
Delicioso, asquerosamente delicioso en la condena epistemología de la abrumadora cueva, arropamé mujer con tu cobija, con tu cuerpo, con tus labios, con tus senos y tu sexo, arropamé en tu pelea por intentar demostrar lo el mundo te lanza en cara. EL mundo no cambia, solo rockea distinto, se mueve distinto, habla distinto, pero no cambia, y tu parasito, ya te adaptaste.
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