Jugo de amapolas
En aquellas noches todo empezaba por la sensación de olvido, ella con su ritmo largo y suave me llevaba hasta extrañar, o mejor dicho memorar, todo. Luego saltábamos a probar esos divinos labios, con besos que fluían como el humo del opio quemado de aquellas noches sin estrellas de las que no podíamos parar de hablar con honda pena, humo como canas divinas que veneraban al pecado de desligarse del mundo fisico y que como musica brota de nuestros cuerpos hacia la luna. Jugábamos a que había alguien cantando en español algun jazz versionado de yonosequien, y pensábamos en ambos sentados ante aquel lindo grupo con ropa desfachada, trajes hippters de personas bonitas que con la piel del momento se evaporaron como el fetido perdón de un padre efebo y pederastra, la absolucion a todos los infiernos.
Quizás Dante tenia razón y todos vivimos en el infierno, pero al menos puedo escoger o modelar el mio. Aquellas noches hablabamos de la razon y el delirio, del infierno y el amor, de mis labios mojados en vino por el pecado de tu boca, de los pandemonios en la tierra, de la distraccion para no pernsar en ellos, en este para ser específico. Y pues yo inmerso en el infierno de tus fondillos, hábilmente ahogado entre tus piernas, quemando toda mi carne en el fulgor de la salvacion celestial de tu piel en llamas, aquellas noches dormidos entre drogas en el segundo piso, con la brisa del mar y los carros pasando por la avenida, te dije algo sobre una moto que pasaba zumbando con estruendo, cuan ladilla sera andar en moto a esa hora en busca de no encontrar nada, tu te inmutaste. Aquellos dias las calle olian a cafe, y mis dedos olian a ti, el amor estaba en el aire, en todos los carros sonaba la misma cancion, live is life, y todos iban con las ventanas abajo para compartir sutilmente con el mundo el secreto, todos estabamos entendiendonos, conectados en armonica comunicacion, empezaba donde terminaba, todo era live is life, y alaridos de felicidad, alaridos como dulces orgamos que se escapan y su energia es parte del aire que respiramos, sentia que todo estaba completo, plenitud, el calor del aquellos dias venia de otro lado, quizas de tanto opio en las venas, tanto veneno sanador en tu piel desnuda, la cama era mas bella, el cielo engricesia con el atardecer de forma magnifica y tus labios le daban forma a las nubes, tu piel rugia en mis manos, rugiamos en destellos de luz y cafe, de ron con cerveza y sudor, de estubor y vapor sexual, rugiamos mientras danzabamos al ritmo de la luna demente, eramos energia que como humo se expandia pero jamas desaparecia, nos transformabamos y transmutaban los pensamientos en histericos brotes de colera por la pasion y la conmosion de un circuito homogeneo que como masa gelatinosa flotaba y latia, llena de vida, vidas, recuerdos y pensamientos vanales y profundos, era el sexo hecho razon, hecho materia pura y palpitante, tangible como tus hermosos pechos, billante y traslucido, con un hermoso hedor a tu sudor. Vaya que ibamos de aqui para alla mientras el piso se hinchaba, de atras para hoy y para mañana, saltabamos en el tiempo y en la cama, rodabamos por el segundo piso, y nos quedabamos dormidos con cervezas importadas que jamas fueron declaradas.
Y aquel aire azul, ese aire era todo el recuerdo, aquel aire azul que nos envolvía, nos tomaba por las nalgas temblorosas y nos calmaba, aquel aire azul limpiaba todo, todo te digo, no había nada a nuestro alrededor, es como el camino a la luna, la carretera dicta hasta la imensa y soñadora luna, todo gira, y no se de tiene, todo gira entorno a nosotros, todo gira entorno a su nombre, entorno a tu nombre.
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