Mork

Sino hablas contigo, sino piensas, no dirás nunca nada, nada relevante y propio, o con matices puros, de alegrías y tristezas. Hoy soy hermano de Lalo, soy Mork del planeta Ork, un interplanetario cosmonauta, que viaja en ríos estelares, entre constelaciones y sociedades banales con lujuria por los objetos, con altares mas grandes que visión de su entorno, con cerebros licuados, escoria. Se cubren de flores las tristezas y se besas los unos a los otros en trances sin sentido que buscan escapar de la delirante realidad, llore al abrir los ojos y recordé cuan bello era todo al caminar con ellos cerrados. Quienes ven un poco de luz se atoran en un vivir moribundo, no hay razón para vivir, intentaría citar a Irvine Welsh, pero prefiero citar a Savater y decirle que lo único que vale la pena es la vida, y que mi alma cautiva en este cuerpo maltrecho y envenenado se preocupe de vivir al máximo cada segundo.

La vida es tan corta y cada segundo tan largo. Rodeado de un festín de holgazanes que no se esfuerzan el ver que hay adentro de toda esta fea mugre que me cubre, la felicidad que puede abarcar mi alma después de una gotas de pura humanidad se envenenan de la tristeza lacónica de sus miserables comentarios. Me sumo al colectivo de ir individual, por mi lado, por el camino del mono, desnudo y dando tumbos.

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