Lluvia de gotas de luces
El cambio, avanzar, crecer, es inevitable. En ocasiones podremos sentirnos sumamente cómodos con nuestro entorno, con todo lo que somos y estamos haciendo, pero el tiempo no se detiene y parte de ese recorrido fluye en el crecimiento. Es agradable llegar al final de viaje y ver todo lo que se recorrió, es gratificante poder extender la mirada a todo lo ancho de nosotros mismos y enterarse que hoy somos más grandes. Canciones perdidas en la inmensidad de la memoria, niñas con corazones rotos, lineas rotas en el tiempo, conciencias sucias, a donde vas a parar? Vamos en un carro con el conductor famelico e inconciente por las llamaradas de alcohol que penso seria buena idea consumir. Vidas suicidas que enajenadas de la realidad que nos vendemos caminan adoloridos por el esfuerzo de adaptarse, de cuadrar, de formar parte del entorno, de encajar, de crecer, de darle la vuelta a la repugnante rueda de la vida y terminar en ese lento suicidio, el suflicio de la vida moderna, murio de crecer, de subir, de seguir, de no entender, de vida, vida moderna. Lamentablemente ninguna autopsia ha sido capaz de determinar la muerte de miles de nosotros, a causa de la catastrofica vida moderna, de esto que es madurar y adaptarnos, de morir encadenado en la cueva, morir de “normalidad”.
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