Ayer, muy ayer.
Hoy escribo con sabores a gloria, la alegría momentánea de la tranquilidad , o de no notar la bruma que me rodea, tan frágil y momentánea, mañana desde una esquina oscura escribiré con lágrimas de paz, alegría y grandeza disfrazada por el fracaso y la agonía lleno de magulladura y alterado por el tiempo y el entorno, el sol no brilla por siempre, y no lo apreciamos siempre cuando brilla, en la oscuridad podemos ver luz y apreciar la belleza de lo intangible de un simple y grado segundo libre de todo peso, sentados en el piso fumando y acariciando el aire.
Comentarios
Publicar un comentario