Uñas sucias.

Bloques de acero oxidado y retorcido se mueven entre calles y luces intermitentes rayadas, aceras sucias y bolsas de excremento y porquería, piel muerta y podrida en el asfalto, aceite quemado y hollín  ruidos de motores viejos que zumban y chillan sin dejar de fumar y expedir enfermizamente humos caliente y gris, crudo sudor en su interior, van como mulas de carga con montones de órganos  carne y huesos sin vida, cuernos y dientes ulcerosos, cerebros tostados y secos, grasa aguada y descompuesta, hincados y babeantes, masa, gente masa y cuerpos masa, el pueblo masa moviéndose  sin pensamiento.

Armonía de oxido desconsiderado, deslizándose sobre caucho y tuercas sueltas, croches dañados y frenos gastados, la demencia mueve el volante y cobra por ello, van ciegos y saltan, nos hacen saltar y correr, espera un segundo que nos van a robar, corre un poco mas y espera el pinchazo, así ha sido siempre? antes todo parecía mejor, pero yo no estaba, así fue para mi siempre, saltemos y esperemos, gritos y empujones, un jardín de pobreza mental apurando la marcha, voy y luego de vuelta, y luego atrás, y la fatiga me vomita encima pero sigo, debo seguir, todo cruje y se agita, anarquía y risas, quejas, cabras viejas con bolsos de cuero y tela mohosos, ojos llenos de breva y me lleno de ausencia, la realidad no se cansa y no deja de zurrarnos en las costillas y en el estomago. Cerdos bailan y gimen revolcados en el fango entre su propia mugre y manos llenas de algo viscoso y grueso mantienen las puertas cerradas, todo va detrás de mi, me rodea, los pasos se pierden, no te digo lo que pienso, no me lo digo y la gente calla y se desnuda para liberar y llenar el vació, las montañas se alejan y yo espero sentado en medio de un montón de calor y cuerpos que se drenan, las ruedas se paran y la oruga se levanta y camina, lleva su bandera y les miente a todos, todos se moldean, todo es mucho y los afortunados de pensar dudan de ser tan afortunados mientras ven que aun tiene voluntad y raciocinio,

 Encienden el horno y las nubes se alzan, el gas llena el cuarto mientras en el baño una pareja fuma y tiene sexo, olas de locuras azotan la ciudad, la nación, la luna esta llena y la marea alta, todos están armados con cuchillos y polvo de hadas, no hay reglas y el mundo se subdivide en miles departes, cada quien tiene su realidad y su dios, su idolatría, la mesa se rompe y la batería ya no tiene energía, la electricidad esta drogada en una esquina y no es necesaria o eso parece, monjas caminan con la entrepierna seca, la mente jodida y rígida, la cara morada y el culo sucio, maldita carencia y  caprichos de pelotas, mujeres reprimidas y orgasmos falsos, islas jamaiquinas se alzan flotando en medio de edificios grises y concreto, luces de neón y noches de música con ojos desorbitados, empuñaduras, trinquetes y brazos colorados, comida pasada, espejos con letras y billetes van y vienen, agujas sanguinolentas, ilusionados e ilusionadas con miradas al aire del horizonte cargado de espejismos llenos de condones. Llaves y cucarachas, termitas que comen mis pies, me refugio en mi cueva, en mi libro, y me echo a ver el techo, a leer, a leerme en las letras ajenas.

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